– Nombre científico o latino: Ginkgo biloba
– Nombre común o vulgar: Ginkgo, Árbol de los escudos, Árbol de las pagodas, Árbol de oro, Gingo
– Familia:
– Ginkgoaceae (Ginkgoáceas).
– Origen:
– China.
– El Ginkgo es un árbol arcaico de hoja caduca. De hecho, el gingo es la única especie viva de la familia de las Ginkgoáceas, árboles que dominaron la Tierra durante la era de los dinosaurios (jurásico y cretácico).
– Especie dioica, es decir, que hay pies masculinos y pies femeninos. Para formar como bonsái se utilizan los pies masculinos.
– Durante los primeros años el crecimiento es lento.
– Su forma es piramidal.
– El tronco es recto, de color gris ceniza con fisuras longitudinales.
– Hojas verdes y triangulares, de unos 7 cm, en forma de abanico abierto o mariposa. En otoño presenta un magnífico color amarillo.
– Existe una variedad con las hojas variegatas, es decir, con listas de color crema y verde.
– Florece en primavera y produce frutos al cabo de más de 30 años, que maduran en otoño y siempre que haya ejemplares masculinos y femeninos juntos, es decir, es una especie dioica.
– Las semillas son del tamaño de una ciruela y con un olor a mantequilla en mal estado.
– Estilos:
– Los estilos verticales son los más adecuados. Chokkan, Yoseue.
– Luz:
– El ginkgo prefiere los lugares a pleno sol, pero los ejemplares jóvenes o recién trasplantados los tendremos en un lugar algo sombreado.
– Temperaturas:
– En invierno proteger del frío intenso y del hielo a las raíces, la maceta y el cuello del árbol, o bien colocar el árbol en una habitación fría.
– Humedad:
– Rociar a fondo el árbol desde medianos de primavera hasta principios de otoño, para limpiar el tronco, las ramas y las hojas del polvo.
– Maceta:
– El ginkgo necesita un suelo profundo.
– Se recomienda una maceta redonda, cuadrada o hexagonal siempre profunda, esmaltada o no, el azul cobalto y el pardo armonizan bien con el árbol.
– Riego:
– Los riegos deben ser a fondo cuando la superficie de la tierra comienza a secarse y evitando tanto el encharcamiento permanente de la tierra como dejarla totalmente seca.
– No soporta la sequía.
– No regar en caso de heladas.
– En otoño regar preferentemente por la mañana resguardar el árbol de las lluvias abundantes, pero exponerlo al rocío de la noche.
– Abonado:
– Deberá repetirse cada 15 días desde principios de primavera a principios de verano y desde principios de septiembre a finales de octubre.
– A fin de evitar la clorosis, es necesario aportar abono de disgregación lenta tras la floración.
– Conviene esperar unas semanas antes de empezar a abonar tras la brotación para dar tiempo a la maduración de las hojas.
– Nunca debemos abonar un árbol trasplantado, hay que esperar a que brote.
– Poda:
– No le gusta mucho la poda y deben evitarse sobre todo en las zonas más viejas y especialmente evitar las podas drásticas debido a sus problemas para cicatrizar las heridas de la poda, por lo que es conveniente utilizar, incluso en los cortes muy pequeños, algún tratamiento con pasta selladora.
– Desarrolla dos tipos brotes que generan ramas largas y cortas, lo que hay que tener en cuenta a la hora de la poda, ya que las ramas cortas crecen a penas unos milímetros por año, lo necesario para los brotes nuevos del año siguiente.
– En el caso de las ramas largas las hojas son alternas y en las ramas cortas aparecen al final de éstas en forma de ramillete.
– Eliminar por despuntado todos los brotes no deseables que aparezcan en el tronco y las grandes ramas.
– Despuntar los brotes de los extremos y eliminar 2 ó 3 hojas por rama.
– Cuando aparece una segunda generación de yemas, despuntarlas y eliminar uno o dos pares de hojas.
– Después del segundo despuntado se dejan desarrollar los brotes nuevos.
– Cortar las hojas tan pronto hayan endurecido sobre la rama.
– Las ramas se podan en primavera, en el momento del trasplantado.
– Quitar las ramas que no sean necesarias.
– Podar las otras ramas en aproximadamente 1/3 de su longitud.
– Practicar una poda de estructura en invierno, cortando las ramas que estropean la silueta del árbol.
– Aplicar cicatrizante sobre los cortes.
– La defoliación no es aconsejable, ya que no se obtienen resultados apreciables y le obliga a un sobreesfuerzo para rebrotar.
– Como no vale la defoliación, el único método recomendable para reducir las hojas consiste en una buena exposición al sol en primavera (con poca luz las hojas son más grandes), acompañada de riegos moderados durante la misma época (más agua, más crecimiento).
– Alambrado:
– Por regla general los ginkgos no son alambrados.
– Se puede alambrar ligeramente al árbol en otoño y eliminar el alambre a finales de verano.
– La colocación de ramas mediante el alambrado debe realizarse durante la época de crecimiento vegetativo (primavera-otoño) y sólo en los árboles sanos.
– Es indispensable controlarlas periódicamente para evitar que incidan sobre la corteza.
– Por tanto, alambrar lo justo y sólo cuando otras técnicas de modelado no puedan utilizarse o no hayan conseguido los efectos deseados.
– Trasplante:
– Deben llevarse a cabo importantes intervenciones en el aparato radical a principios de primavera, en el momento del engrosamiento de las yemas y antes de que la planta inicie su desarrollo.
– Debido a que produce una gran cantidad de hojas, hay que trasplantarla al menos cada 2 años en un substrato formado al menos por un 40% de arena gruesa o material parecido, que debe estar perfectamente drenado. O bien, akadama más volcánica.
– La poda de raíces debe realizarse en el momento de los trasplantes y con mucho cuidado ya que éstas son muy carnosas y poco numerosas.
– Plagas:
– No son atacados por parásitos.
– Enfermedades:
– Mal blanco de las raíces.
– Multiplicación:
– Se cultiva a partir de semillas o esquejes.
– La única forma práctica de conseguir una ramificación abundante es cultivar el ginkgo desde semilla y podar a tiempo el brote principal.
– Por semillas:
– La recolección en un árbol femenino aislado no obtendremos ningún resultado, ya que las flores no han sido polinizadas, es necesario encontrar un árbol fecundado.
– Estratificar la nuez durante un año, inmediatamente después de su recolección.
– Luego podemos pasar a la siembra en primavera:
– poner la nuez en remojo en agua caliente , antes de plantarla para que su corteza se agriete y una vez germinada dejaremos la plantita un año para luego trasplantarla a maceta.
– La germinación, igual que su crecimiento y madurez de los frutos, es muy lenta y el proceso puede durar muchos meses, hasta dos años.
– Otra forma de reproducirlo es mediante esquejes a principios del verano, aunque la aparición de las raíces es muy lenta.
– Por estacas:
– Utilizaremos preferentemente los cortos brotes laterales.
– Despuntaremos aplicar hormonas de esqueje en la base de las estacas antes de introducirlas en una mezcla de turba y arena.
– Por acodo:
– Pelar la corteza de la parte de la rama que se quiera acodar.
– Rodearla de turba larga humedecida envolver está con plástico cerrarlo con rafia.
– Cuando el acodo haya cogido eliminar el plástico y la turba separar el acodo del árbol, plantarlo en maceta y tratarlo como un árbol recién trasplantado.