BOSQUE BURGERIANO Y HAYA

Referencia: BSQHYABURG7243

Estado: Nuevo

Bosque de Arces Burgerianos y Hayas de 7 años de edad.

Medidas: 52cm de alto x 60cm de ancho.

Observaciones: Las imágenes y las medidas que aparecen en la ficha son las del artículo que recibirá. Las dimensiones no incluyen la maceta.

71,50  IVA incluído

Disponibilidad: 1 disponibles

BURGERIANO

– Nombre científico o latino: Acer buergerianum

– Nombre común o vulgar: Arce trífido, Arce tridente japonés, Arce burgueriano

– Familia: Aceraceae.

– Origen: China y Japón.

Árbol de hoja caduca. Crecimiento muy rápido. Hojas con tres lóbulos a modo de tridente, de ahí su nombre de Arce tridente. Color verde y en otoño anaranjadas o incluso rojas. Sus frutos son alados para facilitar su dispersión a través del viento.

– Estilos: Adecuado para muchos estilos, incluidos los grupos, destacan plantados sobre rocas.

– Luz: Sol para obtener un espectacular colorido en hojas y hojas más pequeñas. En los veranos muy cálidos se pueden quemar las hojas. Proteger del sol fuerte situando en semisombra.

– Temperaturas: Es resistente al frío, aunque se debe vigilar las heladas fuertes.

– Humedad: Agradece un una vaporización sobre las hojas. Dentro de casa va mal debido a la calefacción y la temperatura tan constante todo el año. Proteger del viento seco porque los brotes de las hojas se secan fácilmente.

– Substrato: Preferible que sea ligeramente ácido y que drene muy bien. Una mezcla estándar está formada por 4 partes de akadama y 1 de arena de río (por ejemplo, la arena de las usadas en acuarios). Si no disponemos de akadama otra mezcla puede ser mantillo + turba + arena o tierra volcánica. Cribar la mezcla de tierra por un cedazo de 1 mm; de esta manera se obtendrá un substrato más aireado.

– Riego: Riego abundante durante la estación de crecimiento. Riego escaso en invierno.

– Abonado: En primavera y otoño, cada 15 días, con una fertilizante líquido para bonsáis. No abonar en invierno ni en épocas de máximo calor. Nunca debemos abonar un árbol trasplantado, hay que esperar a que brote. El tamaño de las hojas del árbol puede controlarse ajustando la cantidad de abono suministrado.

– Poda: Debido a que las yemas son opuestas, los brotes serán dobles y, por tanto, debemos fijarnos en la dirección que nos interesa para la nueva rama y eliminar el brote no deseado. Esta técnica nos permitirá un aumento de ramificación en la dirección elegida. Las ramas, al igual que el tronco, son robustas por lo que siempre debemos eliminar las ramas toscas y gruesas, dejando las más finas. Este es un proceso continuo que debemos repetir estación a estación ya que es el modo de lograr una ramificación fina y delicada. En el segundo año, también en invierno, deben podarse las ramas que nazcan directamente del tronco y afeen la silueta del árbol, utilizando una buena pasta selladora. Crece rápido y obliga a un despunte frecuente, de 2 yemas. Hacer 3 ó 4 despuntes en el transcurso del verano. Esto permite obtener unos arbolitos bien tupidos. Es muy peligroso para la vida del arce podar ramas gruesas fuera del invierno. En verano puede realizarse el defoliado total o parcial sin demasiados problemas, siempre que no se lleve a cabo demasiado tarde dentro de la estación. Por otra parte, es necesario, al principio, dejar que las ramas bajas crezcan libremente para que así engorden y lograr un crecimiento adecuado de esta zona baja.

– Alambrado: En general es preferible esperar al invierno para que, al carecer el árbol de hojas, su pueda alambrar cómodamente. El alambre no debe permanecer más de 2 meses en el tronco o las ramas; crece rápido y se producirían cicatrices. Alambrar lo justo y sólo cuando otras técnicas de modelado no puedan utilizarse o no hayan conseguido los efectos deseados.

– Trasplante: Cada 2 años, y los árboles muy jóvenes anualmente. Se efectúa justo después de la caída de las hojas o antes de la brotación de las yemas. Durante el trasplante se deben las raíces podridas y eliminar bien toda la tierra vieja. Cuando la base del tronco esté limpia y a la vista, se podan completamente las raíces que nazcan directamente de dicha base. En los sucesivos trasplantes de nuestro arce debemos ir eliminando las raíces que crecen hacia abajo, dejando sólo las que crecen en horizontal, conseguiremos de esta forma una interesante base de raíces. Tras la poda de raíces está débil, por lo que no le conviene sufrir heladas. Por este motivo, se recomienda hacerlo a finales de invierno o principios de primavera.

– Plagas: Pulgón, Araña roja (en ambiente seco y cálido), Cochinillas, Orugas.

– Enfermedades: Oidio y Chancros.

– Multiplicación: Por semillas sembradas a finales de otoño. También pueden ser estratificadas y sembradas a la llegada de la primavera. La semillas germinan entre los 10-15 ºC, aunque en alguna ocasión hay que esperar a una segunda primavera. Por acodo es la forma más rápida de obtener un ejemplar con cierta edad y forma. Por esquejes tomando el esqueje en primavera, pero las raíces que tendrá no serán fuertes y vivirá poco tiempo como bonsái.

HAYA

– Nombre científico o latino: Fagus sylvatica L.

– Nombre común o vulgar: Haya.

– Familia: Fagaceae.

– Origen: Centro y oeste de Europa.

– El haya está emparentada con los robles y los castaños, cuya familia, las Fagáceas, domina las zonas boscosas de la franja templada de nuestro planeta.

– Árbol que puede alcanzar 40m de alto, con tronco, en solitario, o columnar si esta en agrupaciones.

– Arbol de hoja caduca, tronco liso y recto.

– Las hojas son ovaladas, con el borde ondulado, algo dentado, con vello cuando son jóvenes, incluso en los nervios. Son alternas, dispuestas en dos hileras y pueden tener entre 5-10 cm de largo.

– Tiene flores masculinas y femeninas. Las masculinas cuelgan de un pedúnculo fláccidamente, con 5-15 estambres cada flor. Las flores femeninas aparecen de dos en dos, y con pedúnculos cortos y erectos.

– Los frutos, llamados hayucos, se asemejan a pequeñas castañas de corte triangular. Antes de la caída otoñal, las hayas se tiñen de llamativos tonos ocres.

– El crecimiento del haya es muy lento, pero es un árbol que vive muchos años. Puede llegar hasta los 300 años.

– Existen diversas variedades de hoja roja o purpúrea, todas de alto valor decorativo, que reciben distintas denominaciones, atendiendo también a la tonalidad más o menos clara de esa coloración.

– Existen una serie de variedades y cultivares hortícolas: ‘Albovariegata’, ‘Asplenifolia’, ‘Atropunicea’, ‘Atropurpurea’, ‘Fastigiata’, ‘Pendula’, ‘Purpurea’, ‘Pyramidalis’, ‘Variegata’.

– Planta forestal de primera importancia, típica de zonas montañosas.

– Los hayucos son comestibles, de ellos se extraía un aceite de cocina en el norte de Europa. Algunos creen que su corteza tiene propiedades astringentes y febrífugas.

– La creosota sacada de la brea de la madera de haya se utilizó de antiséptico o desinfectante y para combatir la tuberculosis.

– Madera homogénea facil de trabajar utilizada para papel, tableros, carpintería y mobiliario, tarimas, artesonados, revestimientos, mangos, cepillos, instrumentos musicales, traviesas de ferrocarril, apuntalamientos, remos, palas, carros, instrumentos agrícolas. Buen combustible, estimada para la obtención de carbón.

– Precisa una humedad atmosférica elevada por lo que presenta una clara vocación por los lugares de umbría con orientación norte. En zonas de umbria, entre 400 y 1.900 metros de altitud.

– Clima fresco y humedo pero soporta bien el frio, no las heladas.

– El haya se dará mejor en regiones donde los veranos no son excesivamente calurosos y se resiente un poco en los climas muy cálidos.

– Tolera la mayor parte de los suelos, desde los más ácidos hasta los calcáreos. Lo importante es que esté bien drenado y que reciba agua regularmente.

– Los árboles de muchos años incluso pueden soportar sin problemas grandes períodos de sequía. Cuando las temperaturas del verano alcanzan sus cotas más altas habrá que regarlos abundantemente.

– Para acelera crecimiento es conveniente su fertilización con nitrógeno (urea incorporada al suelo, salitre, etc.).

– Las hayas deben podarse durante la época de crecimiento y se debe tener un especial cuidado con las hayas que se crían como especies ornamentales, a las que sólo hay que dejar un tallo guía.

– Su resistencia a la poda ha hecho que sea utilizado frecuentemente para componer setos y pantallas vegetales formales, lo que es muy habitual en países del centro y norte de Europa.

– Desarrolla raices superficiales por lo que no es fácil que crezca el césped bajo ellos, además producen un componente tóxico para otras plantas.

– Las semillas germinan fácilmente en primavera si se han plantado en otoño o se han estratificado a alrededor de 4ºC durante unos 3 meses. Las semillas no se deben dejar secar.

– Los clones seleccionados se injertan por el método inglés, de hendidura o de enchapado de costado sobre plantas de Fagus sylvatica obtenida de semilla.

– Es muy difícil conseguir sacar adelante un haya a partir de un esqueje.

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