– Nombre científico o latino: Wisteria floribunda y Wisteria sinensis
– Nombre común o vulgar: Glicinia
– Familia:
– Leguminoseae (Leguminosas).
– Hay dos especies del género Wisteria que se cultivan como bonsái:
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- Wisteria sinensis (Glicinia). Sus flores de color lila presentan un tamaño es más reducido que Wisteria floribunda, y el desarrollo de los tallos se produce siempre en sentido inverso al de las agujas del reloj.
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- Wisteria floribunda (Glicinia del Japón). Se emplea menos que Wisteria sinensis.
– Se trata de arbustos trepadores de hoja caduca.
– Flores lila o blanca, espectacular, racimos colgantes, aunque es poco duradera, concentrándose en las primeras semanas de la primavera.
– Luz:
– Abundante sol para desarrollarse y florecer de forma adecuada.
– Temperaturas:
– Prefiere temperaturas elevadas en verano y templadas en invierno, no soporta las temperaturas bajas extremas.
– Riego:
– Regar con abundancia. Procurar un buen drenaje.
– Durante la época de mayor calor se recomienda mantener la planta con un recipiente debajo para que las raíces puedan absorber una cantidad suficiente de agua, pero sin que llegue a estancarse.
– Abonado:
– La planta no se debe abonar hasta después de 2 meses de haber realizado el trasplante.
– Una vez cada 15 días desde primavera a la floración, y después cada 30 días hasta el otoño, con un descanso durante la época de máximo calor veraniega.
– En otoño hay que suministrar preparados con una alta proporción de fósforo y potasio en vez de nitrógeno.
– Poda:
– Se efectúa a menudo para evitar que los tallos trepadores se alarguen indefinidamente, lo cual propicia el desarrollo en grosor de los mismos.
– El aclaramiento de las raíces se debe realizar durante los trasplantes procurando que quede siempre un aparato radical suficiente.
– Los brotes hay que acortarlos a finales de primavera después de la floración.
– Conviene eliminar los racimos una vez se han desprendido las flores, así como las hojas de tamaño desmesurado o que presenten algún folíolo deteriorado o seco.
– Se realiza una poda exhaustiva tras la caída de las hojas, a fin de favorecer la floración del año siguiente.
– Alambrado:
– El desarrollo estético de las ramas se mantiene perfectamente mediante la poda, aunque también se puede alambrar tras la caída de las hojas, dejándolo que permanezca hasta que concluya el invierno.
– Trasplante:
– Cada 1-2 años, a principios de primavera o en otoño, en un substrato a base de 50% de mantillo, 30% de turba y 20% de arena de grano grueso.
– Multiplicación:
– Puede cultivarse a partir de semillas, esquejes, acodos e injertos.
– Por acodo.
– Fácil la multiplicación por acodo simple.
– Por esquejes.
– Se puede iniciar bajo vidrio por estacas de madera suave cortadas hacia la mitad del verano. Los tratamientos con hormonas de enraizamiento favorecen el enraizado.
– Por injerto.
– Los tipos seleccionados a menudo se injertan sobre estacas enraizadas de tipos menos deseados.
– Por semillas.
– Por semillas no es aconsejable, ya que tardan más años en florecer y la descendencia es aleatoria, perdiendo en ocasiones las buenas características de la planta madre.
– Precaución con las semillas y las vainas de Glicinia, porque son muy venenosas sí se comen.