El género Carpinus compone actualmente 42 especies aceptadas de las cuales Carpinus betulus llamado carpe, carpe blanco o abedulillo es de las más famosas. Aunque sus hojas nos puedan recordad a un haya, en realidad no lo es ya que el nombre de la especie (betulus) nos revela el nombre de la familia de los Carpinus que es la familia de los abedules, Betulaceae.
Es un árbol medio-grande. Puede llegar a los 15-20 metros. Cuando empiezan a formar copa, esta suele ser cónica aunque luego, según va creciendo acaba redondeándose y ensanchando hasta los 10 m por lo general. Su crecimiento se puede considerar rápido, hasta unos 40 cm por año en condiciones óptimas. Su corteza es como la del abedul, de color blanquecino plata y delgada, de ahí que se llame abedulillo además de carpe.
Sus hojas son finísimas, y es una maravilla estar debajo de un bosque de carpes ya que tamizan la luz de una manera muy especial, muy parecido a las hayas con un verde muy intenso en primavera y un amarillo precioso en otoño. Como hemos mencionado antes, las hojas pudieran parecerse a las del haya pero estas tienen las nervaduras muy muy marcadas. A este árbol le pasa como al roble, que aguantan sus hojas caducas en el propio árbol hasta muy adentrado el invierno, algunas incluso pueden llegar a quedarse hasta la primavera cuando renueva todo su follaje. Hace poco te hablábamos del liquidámbar con su follaje rojo fuego en otoño. La combinación de los dos puede ser muy interesante para un jardín espectacular en otoño.