SEMILLAS LAGERSTROEMIA (Árbol de Judas) 20U.

Referencia: SEMLGERTO20U

Estado: Nuevo

Semillas de Lagerstroenmia, Árbol de Judas o también conocido como árbol de Júpiter, en paquetes de 20 unidades.

Ideales para los que quieren empezar desde el inicio.

3,30  IVA incluído

Disponibilidad: 3 disponibles

En pleno verano, el árbol de Júpiter produce una impactante floración en forma de erguidas panículas que reúnen multitud de pequeñas flores de pétalos encrespados de colores que van del blanco al carmesí, los rosas intensos, el púrpura e incluso el lila. Su follaje caducifolio es lustroso, de color verde oscuro, y se tiñe de tonos anaranjados y rojizos en otoño. Los cultivares que encontrarás en los centros de jardinería viven bien en gran parte de España, incluso en las áreas más frías (-12º, zonas 8-9). Suele alcanzar entre dos y ocho metros de altura; crece rápidamente y tolera la contaminación.

Este pequeño árbol luce una copa redondeada con una estructura de ramas abierta, sostenida por uno o varios troncos. Cuando está desnudo en pleno invierno resulta especialmente atractivo por su corteza clara y tersa con suaves manchas que recuerdan las telas de camuflaje. Las hojas son ovales, acabadas en punta y brillantes; en algunos cultivares son purpúreas.

Las panículas están formadas por florecillas de seis pétalos encrespados con un delgado pedicelo, lo que les da ese aspecto espumoso de papel crepé que justifica su otro nombre común: crespón. Exhiben estambres amarillos muy visibles. Las flores surgen de julio a septiembre en las ramas del año. Dan paso a pequeñas cápsulas globosas que persisten todo el invierno.

Prefiere el pleno sol y el calor, que incentivan una abundante floración. Necesita un sustrato moderadamente rico, levemente ácido o neutro, profundo, fresco y bien drenado. Precisa riego regular los dos primeros años; una vez establecido tolera medianamente la sequía, pero agradece los riegos frecuentes durante los meses más cálidos; en invierno deben reducirse. Es especialmente sensible al hongo oídio. Conviene podar las flores viejas al final del invierno. Cuando la planta es joven, la poda resulta clave para configurarla como un arbusto de aspecto redondeado o como un esbelto arbolito.

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