– Nombre científico o latino: Fagus sylvatica
– Nombre común o vulgar: Haya europea, Faya
– Familia: Fagaceae (Fagáceas).
– Origen: Centro y oeste de Europa.
– La Haya es un árbol de hoja caduca. Corteza lisa de color gris metálico. Hojas oblongas, dentadas y de prominente nervadura. Hay una variedad llamada Fagus sylvatica ‘Purpurea’ con las hojas color púrpura. Las hojas permanecen en parte unidas al árbol durante el invierno. No se caen hasta que hacen eclosión los nuevos brotes, en primavera. Se dice que son hojas marcescentes. El haya es una planta monoica, es decir, que posee tanto flores masculinas como femeninas. Los frutos o hayucos son comestibles y aparecen sobre todo en los ejemplares viejos. Dado su lento crecimiento suelen formarse agrupaciones para aprovechar material poco apto para formar árboles únicos a corto o medio plazo.
– Estilos: Chokkan, Yoseue.
– Luz: El haya soporta bien los lugares a pleno sol, pero entre finales de primavera y en verano, y sobre todo en regiones mediterráneas, es mejor colocarlas en un lugar ligeramente sombreado.
– Temperaturas: Teme a los inviernos muy rigurosos y las heladas primaverales, por consiguiente si la temperatura desciende por debajo de lo menos 5ºC, es necesario proteger las raíces y la maceta con una capa de lana, de paja, o de hojas muertas o bien enterrando el árbol junto con su maceta. No soporta tampoco los calores excesivos.
– Humedad: Le gusta el aire húmedo por lo cual tiene la necesidad de ser rociado desde principios de primavera hasta finales de verano. Si es un ejemplar joven o si el aire es muy seco se puede rociar por la mañana y por la tarde.
– Macetas: Por razones estéticas, el haya no se planta en una maceta decorada; la maceta no debe ser demasiado plana. Los ejemplares solitarios viejos requieren una maceta de entre 4 y 8 cm de profundidad, en cambio los bosques pueden ser plantados en una maceta plana o incluso en una simple bandeja.
– Substrato: Substrato formado por un tercio de arena de río cribada y dos tercios de akadama. Cuanto menor sea la profundidad del tiesto, mayor deberá ser el porcentaje de akadama. Si plantamos las hayas sobre una laja de piedra, como es frecuente en el estilo bosque, es conveniente que lo hagamos en akadama pura para conseguir mantener mejor la humedad, en esto caso deberíamos tomar la precaución de cribar muy bien la akadama para evitar que el polvo de la misma dificulte el drenaje.
– Riego: Que no se seque por completo el substrato. Se reducirá el riego a finales de verano y en otoño; es muy importante no suministrar un exceso de agua durante el invierno. No regar nunca en caso de heladas.
– Abonado: Cada 25-30 días, desde principios de primavera a otoño, con un intervalo de descanso durante la época de más calor y esperar unas semanas tras la brotación para empezar a fertilizar.
– Poda: La poda estructural se realiza en invierno, cuando se ve bien la silueta del árbol. Se aplicará un poco de mástic cicatrizante sobre los cortes. La poda de ramas debe ser siempre ligera y efectuada preferentemente después del trasplantado. El haya es un árbol de crecimiento lento; por ello sólo se poda una vez al año. En la poda de la copa hay que tener presente el claro dominio apical de esta especie. Se corta en bisel dejando 2 ó 3 hojas por rama justo por encima de una inserción foliar, lo que favorecerá una buena ramificación de las nuevas ramas. Despuntar de los nuevos brotes del haya, ya que son muy vigorosos y deben ser despuntados. Se debe pinzar (cortar las puntas) antes que alarguen los crecimientos, justo unos días después de eclosionar las yemas, se puede observar como un ramillete de hojas plegadas, ahí hay que mirar y donde cortar dejando una o dos hojas, de esa formaremos una brotación trasera y entrenudos más cortos. El haya no desarrolla yemas secundarias. Los entrenudos tienden a estar cada vez más separados, y entonces es posible que los cortes de la poda sean visibles. Esta es la razón de que los brotes jóvenes deban ser despuntados pronto dejándoles 1 ó 2 hojas. Esta operación se realiza en primavera cuando ya han caído las hojas muertas del año anterior, expulsadas por los nuevos brotes. No se aconseja el defoliado total pues en este caso, y en función del momento, puede ser peligroso.
– Alambrado: En primavera. El bonsái se esculpe mediante la poda de las ramas pero también con la ayuda del alambrado cuando se desea proporcionar un estilo definido al árbol. El haya se alambra entre la primavera y el otoño durante un periodo máximo de 3 meses ya que la madera nueva de un haya es muy tierna y la presión del alambre de cobre podría lesionar el árbol a nivel de las ramas y las raíces. El alambre de cobre se corta con unas tenazas adecuadas con cuidado de no lesionar al árbol la corteza del haya es muy frágil y por ello envolveremos el alambre con rafia o papel. Su corteza es muy delicada y quedan marcas fácilmente si se alambra de forma descuidada, marcas que pueden no llegar a desaparecer nunca. Recubrir el alambre con papel puede ser una precaución muy adecuada, o incluso proteger la corteza con rafia. Si se lesiona la corteza se aplica mástic cicatrizante.
– Trasplante: En otoño o primavera; en los ejemplares más jóvenes. Los ejemplares viejos (de más de 50 años) se trasplantan cada 4 ó 5 años. Las primeras podas para rebajar las raíces se deben realizar simultáneamente al trasplante y a la reducción de la copa, preferentemente en otoño. Paralelamente al trasplantado y a la poda de raíces, se practica una poda de las ramas y las hojas.
– Plagas: Pulgones, cochinillas, escarabajos y mosca blanca.
– Enfermedades: Oidio, Chancros y Mal blanco de las raíces.
– Multiplicación de la Haya: Las semillas germinan fácilmente en primavera si se han plantado en otoño o se han estratificado a alrededor de 4ºC durante unos 3 meses. Las semillas no se deben dejar secar. Este método es muy lento. Los clones seleccionados se injertan por el método inglés, de hendidura o de enchapado de costado o aproximación, sobre plantas de Fagus sylvatica obtenida de semilla. Por acodo. Las hayas se acodan muy bien. Para el estilo tronco múltiple, este es sin duda el método ideal, puesto que podemos partir de un haya adulta procedente de vivero y acodando la parte alta del árbol por el método de anillado, siendo la mejor época enero y febrero, podremos conseguir un hermoso prebonsai en término de un año, el cual podremos plantar directamente sobre un tiesto de aproximación.